Cómo preparar tu 4x4 para un viaje de aventura
No muchos le sacan el jugo a una 4x4 como debe ser, pero si eres de los que la llevas a la finca, le metes peso, la pones a remolcar la lancha y la transitas por agua, lodo, polvo y rocas, es mejor que prestes atención a estas recomendaciones. Esos agentes externos hacen que ciertos componentes se desgasten más de lo normal, comparados con los de otros vehículos.
Es una buena práctica revisar varios elementos del vehículo antes y después de cada aventura por la trocha, para así evitar varadas o accidentes relacionados con desperfectos mecánicos.
Filtros: el polvo en exceso va tapando, sobre todo, el filtro de aire y por ello es recomendable cambiarlo con mayor periodicidad de lo que recomienda el manual del fabricante. Pero tampoco olvides revisar el filtro de combustible y el de aceite, que se reemplaza cuando se cambia el lubricante, en promedio cada tres meses o 5.000 kilómetros.
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Llantas: adicional a revisar la presión con frecuencia, es bueno mirar el labrado de los cauchos pues cuando se anda sobre rocas, en destapado o en gravilla, a menudo se presentan desgastes prematuros. La buena costumbre de revisar el estado de los neumáticos también te permite verificar si las llantas delanteras están bien alineadas y presentan un desgaste normal.
Batería: el agua y el barro a veces alcanzan a llegar a la batería y por esa razón se puede presentar corrosión en los cables o en los bornes. Así que, como precaución, revisa con regularidad que estos componentes estén libres de herrumbre y sulfato. Estos se pueden limpiar con bicarbonato y después se les aplica grasa.
Cadena de repartición: si se daña este componente y el carro sigue andando, así sea durante unos minutos, pueden generarse daños graves al motor, por ello es necesario que la revises con frecuencia, sobre todo después de los 12.000 kilómetros. Hay que cambiarla de manera preventiva y para ello debes guiarte por el manual del fabricante.
Correas: las del ventilador, el distribuidor y demás están expuestas a agua, barro y pequeñas piedras. Revisa que no estén deshilachadas o presenten desgastes prematuros, de lo contrario, hay que cambiarlas.
Fluidos: por la exigencia en temperatura del motor, los frenos y otros mecanismos, es necesario revisar los niveles de líquido para frenos (siempre que puedas) y de refrigerante. Si están demasiado bajos, verifica que no existan fugas, que se pueden detectar si se observa humedad por detrás de las llantas o en los ductos de frenos, o si el radiador tiene agujeros. El radiador, por su parte, merece una revisión dedicada en los 4x4.
Amortiguadores: a estas piezas se les recarga el trabajo más de la cuenta en un todoterreno. Verifica, por debajo del carro, que los cilindros no tengan humedad de aceite y que en los extremos no falten cauchos, soportes, topes, bujes o tuercas. Revisa también si al pasar por un rizado o coger un hueco se presentan ruidos de golpes o, si al cambiar de terreno, sientes que el carro ‘navega’.
Dirección: tanto la caja de la dirección como los terminales deben estar siempre en perfecto estado de engrase y lubricación. Recuerda que el barro y el agua son enemigos de la grasa, así que hay que mandar revisar estos componentes, sobre todo después de viajes ‘off-road’ exigentes.
Embrague: los conocedores de la conducción todoterreno recomiendan no pisar el ‘clutch’ cuando se está pasando un río o un barrizal, pues el agua y el lodo podrían entrar entre el disco del embrague y la prensa, y eso daña tales componentes. Por ello, si vas a vadear (pasar por agua profunda), es mejor hacerlo en primera marcha y con la doble tracción activada, para que no haya necesidad de meter cambios en la mitad del recorrido. Tampoco se recomienda hacer cambios en esos momentos porque suponen cambios de ritmo que pueden hacer que se mojen componentes eléctricos debajo del capó.
Luces: estar expuestas al barro y al agua hace que las lámparas se puedan llenar de humedad si hay alguna fisura. Por ello, revisa que no haya material extraño dentro de los faros.
Accesorios: si usas ‘winch’ o cabestrante (el pequeño motor con una guaya sobre el bómper delantero), revisa su buen funcionamiento, así como el de los remolques y los puntos de unión con el vehículo.
Equipo de carretera: revisa que el extintor esté operando y el buen estado de las herramientas, los conos, los tacos y los componentes del botiquín.
Golpes: es bueno revisar el carro por debajo para descartar que por causa de un golpe se presenten abolladuras en el cárter o en cualquier parte mecánica o ducto, que puedan comprometer el buen funcionamiento del vehículo.
El mantenimiento de un vehículo todoterreno es similar al de cualquiera, salvo si el piloto lo usa con frecuencia por fuera del asfalto.