Cinco líquidos del carro que deberías revisar frecuentemente
Aunque esta labor no es una tarea rutinaria, debes mantenerte alerta y no descuidar los niveles de los líquidos, ya que son muy importantes para garantizar el buen estado de tu automóvil.
Esta inspección bastante sencilla y rápida te puede evitar grandes dolores de cabeza, alargando la vida útil de partes fundamentales de tu auto como el motor, los frenos, la dirección, entre otros.
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Lo primero que debes saber, es que esta revisión se debe realizar con el carro apagado y totalmente frío para evitar accidentes por quemaduras. Luego de percatarte de esto, levanta el capó de tu automóvil y revisa lo siguiente:
El aceite:
Este lubricante es quizá uno de los más importantes, porque se encarga de proteger el motor del carro, debido a que reduce la fricción de algunos elementos móviles de su interior. Además, el aceite también limpia, evita la corrosión y reduce la temperatura del motor.
Al momento del chequeo, retira la varilla de medición y límpiala; introdúcela de nuevo y vuélvela a extraer para verificar su nivel. Si este es muy bajo o muy alto según el indicador del medidor, debes acercarte a un taller para que nivelen el fluido o retiren el exceso.
El aceite debe reemplazarse en el tiempo que el fabricante establezca, por lo general se realiza entre 5.000 y 30.000 kilómetros, según el modelo.
Refrigerante:
Este líquido es indispensable para el vehículo, ya que actúa desde el circuito interno del motor para regular su temperatura.
La función principal del refrigerante es absorber el calor del motor a causa del proceso de combustión, para evitar sobrecalentamientos que puedan implicar inconvenientes mecánicos. También tolera temperaturas muy bajas y no permite que las piezas se congelen en temporadas de frío extremo.
Es importante revisar este fluido, ya que con el uso y el paso del tiempo pierde sus cualidades, disminuyendo su capacidad de transmitir y regular la temperatura. Por eso se recomienda reemplazar el líquido refrigerante cada 20.000 o 30.000 km, según lo indique el fabricante.
Líquido de dirección:
Este líquido facilita que el sistema que orienta la dirección de las ruedas delanteras trabaje de manera óptima. Su lubricación, permite que el carro gire con facilidad en la dirección que nosotros deseamos al mover el volante.
El contenedor de este químico tiene en su tapa, por lo general, la figura de un volante; en él, podremos encontrar un medidor que nos indicará la cantidad mínima y máxima de este producto. Si su nivel es bajo, tendrás que adquirir en una tienda especializada este producto para mantenerlo en el punto indicado. No obstante, debes tener claro el tipo de sistema de tu vehículo, debido a que la mezcla variaría dependiendo si es mecánico, hidráulico o electrónico.
Líquido de frenos:
Es un componente muy importante en el sistema de frenado del carro, ya que funciona como regulador de fuerza en la comunicación entre el pedal y frenos.
Es vital que comprendas que este fluido no es consumido por el vehículo, simplemente se degrada con el tiempo, o por las condiciones del aire que provocan que este líquido absorba humedad y pierda algunas de sus propiedades.
En ocasiones podemos encontrar que el contenedor del líquido de frenos tiene un nivel bajo, esto puede darse por dos razones: la primera, es que haya un desgaste natural en las pastillas y discos de los frenos; la segunda, por que puede existir una fuga en las tuberías o mangueras que transportan este químico.
En este último caso, si llegas a descubrir algún escape, lo más recomendable será llevar tu vehículo a un taller autorizado para su reparación.
El líquido de frenos debe revisarse constantemente y cambiarse con una periodicidad de 2 a 3 años, siempre siguiendo las recomendaciones del fabricante.
Líquido limpia parabrisas:
Este líquido cumple la misión de mantener el vidrio panorámico frontal o trasero libre de suciedad, garantizando una visibilidad óptima al momento de conducir.
Se recomienda no llenar su espacio de almacenaje con agua de la llave, ya que este podría generar una acumulación de sarro en los conductos. Por lo tanto, puedes acudir a una tienda especializada en autos y elegir un producto que cumpla con esta función de manera efectiva.
Recuerda no activar el sistema de limpieza sin tener líquido en su zona de almacenaje, esto evitará generar un daño en el motor de la bomba eléctrica que distribuye el líquido.
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Realizar esta revisión no es nada complicado y no te tomará mucho tiempo. Pero no debes confiarte, si descubres que estos líquidos varían en su nivel constantemente, te recomendamos llevar tu vehículo a un taller especializado para que le hagan una inspección más precisa y logren determinar si existen fugas u otro tipo de anomalía.